viernes, 4 de julio de 2014

Día 27. De excursión por Arnsberg

Jueves, día de descanso. Es un paréntesis en la semana, para mentalizarme de que, el fin de semana tengo que trabajar un par de semanas más de la cuenta.

Cuando bajo a desayunar, D. la ayudante de cocina me comenta que hoy va a hacer mucho calor, que me recomienda que me vaya al lago a nadar, ¡qué exagerada! Cuando salgo a la calle, hace calor, pero no tanto. Se tendrían que ir a España un par de días y se quedarían asustados. ¡Pero Pepe, si eso hace todos los años los alemanes en sus vacaciones, irse a España a tostarse al sol!

El plan del día era irse a darse una vuelta a Winterberg con R, mi compañero del curso de alemán. Pero cuando me dirigía a coger el autobús para ir a Arnsberg, me he acordado, de repente, que ayer R. había comprado una tarjeta de móvil nueva y se me había olvidado de pedirle el número, ¡vaya la cabeza la mía!

Así que una vez montado en el autobús, me he quedado en la estación de Arnsberg y me he recorrido la ciudad yo solito casi entera. Empezando desde la iglesia que estaba más arriba hasta la otra punta del lugar. Pero siempre y cuando sin pasearme por las zonas residenciales, que parece ser que a los alemanes les gusta vivir en las alturas del monte. ¡Ja, ja, ja! Anda que no tienen que hacer ejercicio a lo largo del día, sube y baja el monte todo el día.

Lo primero era situarme, así que justo enfrente de la estación de tren está, el mapa de turismo.


Parte del plano del punto de información turística.



Como no quería recorrer de nuevo el mismo camino que el autobús, 
he encontrado un puente que cruza el río que pasa por allí, 
un camino alternativo a la excursión en Arnsberg.



Después del puente, me he encontrado con este camino, 
que iba paralelo al río y a las casas de la zona.



Y un nuevo puente para llegar a la otra parte de la ciudad.
Me he dado cuenta luego que, hay un montón de puentes.



Con jardines infantiles para los niños pequeños,
con dibujos de "El Barrio Sésamo".



Plazas tan coloridas como esta.



Y han ido apareciendo los castillos que están en las cumbres.


A donde me iba a ir ahora, 
pues a la parte de la ciudad que he visto más alta, 
lo que sobresalía más, a simple vista.



Antes de llegar, me he cruzado, por supuesto con una farmacia,
eso ha sido por si me daba algo subiendo la cuesta 
que me esperaba a continuación.



No parece inclinada en la foto, pero ha costado en subir la calle.
Es la zona del antiguo mercado.



Zona del antiguo mercado



Esta iglesia, está en la punta opuesta del antiguo mercado,
acompañada de cuestas incluidas, para que no falten.


Cuando he bajado de esta cumbre, 
he visto que quedaba otra iglesia por lo menos que ver,
pero me he rendido, así que foto...


... desde la parte más llana de la ciudad.



Por supuesto, no me podía ir de Arnsberg, 
sin echar una foto de alguna casa, en la que te quedas pensando,... 
"Si alguna vez en mi vida me hago una casa, 
me gustaría que fuese como esta."


Al igual que Sunder, Ansberg no tiene muchos parques para los turistas, sino que la mayoría de casas disponen de un rinconcito de jardín, pero al que pasea por allí poca cosa. Eso si, el que busca la encuentra, junto al río he encontrado un par de bancos para sentarme y descansar del paseo y que cayeran los dos bocadillos que tenía en la mochila.

Pero cuando he vuelto a Sundern, me he dado cuenta, que en las afueras de Arnsberg, hay una zona verde para correr junto a las pistas deportivas. Tal vez, para próxima ocasión. ¡Pepe, no puedes ver las cosas en un solo día!

A la vuelta, al rato de estar en la habitación del hotel, he recibido un mensaje de R. , en el que me decía que hoy no podía salir porque le habían cambiado el turno de trabajo.

¿Casualidad de que cambiara de opinión en el último momento? ¡Ja, ja, ja!

Esta tarde la he pasado, viendo un par de series de televisión, pero sin olvidarme del alemán y echar valor y estudiar, de una forma u otra, se me tiene que quedar el vocabulario que damos o sino estoy perdido. 

Me he animado a vestirme, pero aquí estoy delante del ordenador, sin ninguna ganas de salir a ningún sitio, no hay muchas opciones en Sundern de diversión.

Cansancio, mucho cansancio, estoy que me caigo de sueño, pero si apenas me he paseado por Arnsberg. 

Me acuesto y veo un rato la televisión y me quedo durmiendo profundamente. ¡ZZZzzz!


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