Martes por la mañana suena el despertador, y de repente, no sé donde me encuentro, ¡a si, en el hotel de Alemania, explotado de tanto trabajar!
Aunque hoy tengo el día libre, no sé donde voy a ir a pasear o lo que voy a hacer a lo largo del día porque está lloviendo a mares y, por lo que parece, no va a parar ni en todo el día.
Bajo a desayunar, cojo un poco de aquí, un poco de allá. Cuando me siento a comer en la salida de arriba, estoy que no tengo ni chispa de gana de comer nada, aún así hago el esfuerzo por comérmelo todo.
Mientras que estoy en la sala, me cruzo con el personal del hotel. Empezando por V.H., la secretaria del director, entra a fumarse un cigarro y me comenta que estudió español en el colegio, pero que ahora no se acuerda de nada, solo de algunas cosas.
Al poco, se va, y al momento entra B., una de las camareras. Me pregunta qué tal voy y que si no echo de menos a la familia. Pues a decir verdad, claro que la echo de menos, tantos días fuera de casa, casi que no es normal. Aunque cada dos o tres días me comunico con ellos por Skype, pero no es lo mismo, ni mucho menos.
Bajo al sótano para ver como funcionan la lavadora y la secadora, está completamente en alemán, así que tendré que echar mano del diccionario y un poco de suerte para saber cómo funciona estas máquinas. Pues si, hasta ahora, no he lavado con la lavadora, me lo he lavado todo a mano y secado en el cuarto de baño, no quería estar con viajes de ropa para arriba y para abajo.
Ahora toca traducir cada botón...
Ahora toca traducir cada botón...
Subo de nuevo a la habitación, y comienzo a estudiar alemán, poco a poco, a repasar el libro de clase y a reforzarlo con los libros digitales que tengo en el ordenador.
Se me hace demasiado largo la mañana.
No bajo a comer, ni a hacerme nada en la cocina. Tengo unos platos guardados en el frigorífico de la habitación: un poco de hojaldre con carne, un poco de pescado y yoghurt.
La tarde, se hace todavía más larga. Hay un momento, en el que se me estropea el ordenador y no puedo navegar por internet. Así que bajo a recepción a ver si es por la cuenta wifi, pero aún así, no me funciona. Así que otra cosa de que preocuparme, el dichoso ordenador, que quieras que no, con él me pongo en contacto con mi familia.
Termina la noche, dándole vueltas al ordenador y sin querer funcionar, entra tan solo a unas páginas webs, pero a las que me interesa a mí, no. Vaya plan que me espera mañana, a ver cómo soluciono yo esta papeleta.
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