Abro los ojos y estoy reventado de sueño, con razón ayer estaba que me dormía yo solito. Miro el móvil, ¡mierda las 9:30, como no me de prisa, me quedo sin desayunar! Pero, Pepe ¿qué haces tan tarde en la cama?
Me visto rápidamente y sin más, pero sin olvidarme la mochila, bajo a desayunar.
Aunque parezca mentira, todavía hay un par de parejas (enamorado + enamorada) desayunando.
Pero como lo tenía en mente, no queda mucho en las bandejas, aún así me sustento de todo lo que puedo: mermelada, panecillos y embutido. Con esto me hago un par de bocadillos para cenar esta noche.
E incluso cojo un poco de allí y de allá para abastecer mi frigorífico, un poco de fiambre para hacerme unos bocatas para cuando yo quiera, mantequilla y nutella para cuando necesite algo de azúcar extra.
Y como es día libre y no tenga más importante que hacer, me subo a la habitación de fumadores a desayunar tranquilamente.
Algo sencillo: café con leche, tortitas, pan con mantequilla
y mermelada, un poco de azúcar (nutella) para el cuerpo y un
bocadillo de algo de embutido.
Al poco de estar allí, aparece la secretaría del director y la limpiadora J. empiezan a hablar entre ellas, así que pongo la antena, a ver si me entero de algo, han estado hablando sobre las vacaciones y como están de pachuchos los padres de cada uno de ellas. Yo mientras, me hago "el sueco" de que no entiendo nada. Pero eso si, la secretaria, se ha pegado un buen porrazo en la pierna, han empezado a reírse las dos, yo con mucha educación, me he aguantado la risa como he podido, aunque me he reído un poco por la bajo.
Un rato en la habitación, escuchando música y completando los detalles del blog, que quieras que no, hay que cumplir y escribir algo todos los días, para no aburrirme del todo.
He oído que los alemanes son planificadores, pero esto ya es demasiado.
Todos los días que voy a clase de alemán, el autobús pasa por una calle de Arnsberg, que está cerca la estación de tren, en donde se encuentra un tipo de supermercado "trinkgut", solo venden bebidas a mejor precio que lo hacen el resto de supermercados. Pues esta mañana, ojeando la web que tienen, atención con lo que me he encontrado: con un planificador de fiestas: "Partyplaner", que te estima cuantas cervezas y refrescos y demás puedes llegar a necesitar en una fiesta que vayas a organizar. Me he quedado sin palabras.
La tienda de trinkgut en la calle,
Clemens-August-Straße 81
Parece que me estoy acostumbrando a no comer nada al mediodía porque casi que no tenía hambre. Aunque eso que dicen que los alemanes no comen, es una mentira a medias, porque yo he visto a más de uno, por no decir todos, comerse un buen plato a eso de las 1:00 o 1:30.
Me he preparado tan solo una ensalada con trozos de jamón dulce, un poco de queso a lonchas y un poco de mozzarella. La verdad, no estaba del todo mala. Lo suficiente para saciar el apetito.
Una ensalada de todo lo que he pillado
por los cajones del frigorífico
Seguidamente, me he subido a mi habitación, pues no hay ningún otro sitio que pueda estar en el hotel tranquilo.
He hecho ejercicios de alemán, pues cuando aún quedaba la mitad de tema por dar, nos dijeron que lo terminásemos por nuestra cuenta, vaya cara que tienen algunos profesores, pero bueno, que le vamos a hacer, lo haré lo mejor que pueda.
Me he dado una vuelta por los alrededores,
y mirad con lo que me he encontrado: están montando
una pista de coches de choque.
Parece que este fin de semana, están de fiesta por algo.
Casi siempre están de fiesta.
Una foto del hotel, estaba aburrido
y le he echado un par de fotografías,
esta es la que ha salido mejor.
Esta tarde, tras que mi hermana me animara vía Facebook, me he decidido a hacerles una visita a estos alemanes al pub que tienen el hotel en el sótano, para ver el partido de fútbol Francia vs Alemania. Por cierto, ha ganado Alemania.
Cuando he bajado, todo el local estaba lleno, completo, pero he echado un vistazo y he observado que en un rincón aún quedaba un sitio libre, ese ha sido para mi. Sin pensarlo mucho, me he abierto paso por la multitud de cuerpos alemanes y he podido llegar a mi sito, un banco redondo con una mesa alta en el medio, tan solo había sentado un alemán joven, si consideramos al resto de público, este y yo éramos los más júniors del lugar, que al terminarse su segunda caña, ha pagado y se ha ido.
Los cuerpos alemanes que llenan el local
Las camareras muy atentas por su parte, en cuanto me han visto llegar, a los pocos minutos de sentarme, ha llegado M. y me ha preguntado qué quería de beber, yo por mi parte le he contestado, "ein Bier bitte", en los pocos minutos después, ha aparecido con una copa de 0,2 L., si le quitamos la espuma que llevaba, podría decir que incluso menos.
Es lo que quedaba de la cerveza
después de la primera parte.
Es que me he fijado y aquí tienen una forma extraña de echar la cerveza.
Lo primero, en cuanto abren el grifo, ponen la copa, después la empiezan a llenar seguidamente y la inclinan muy poco, para que haga más espuma. Cuando ya la tienen casi llena, más bien más de espuma que de cerveza, la dejan reposar, para que seguidamente, cada cierto tiempo, le van echando de nuevo un poco del grifo. Pues no lo entiendo, ¿no sería mejor, echar la cerveza, desde un principio bien?¿Y no hacer tantos pasos? ¡Estos alemanes, no hay quien los entiendan! Bueno, si se entienden entre ellos, aunque es también mucho suponer.
En la primera parte, me he bebido la cerveza esa que he comentado antes, mientras que las cervezas de todos los tamaños y tipos iban para allá y para acá. Tienen un buen estómago la gente que vive por aquí.
Pero ha sido terminar la primera parte, cuando el local se ha vaciado de gente. Creía que iban a fumar a la calle, pero no, se han marchado. Pues han quedado un par de mesas llenas y yo, en total, 14 personas, casi nadie comparando con antes.
Nadie por la derecha...
... y nadie por la izquierda.
Y cada dos por tres, la camarera M. pasando por donde estaba yo sentando, preguntándome, "alles gut?". Si no fuera por el presupuesto que llevo, de gastar lo mínimo que se pueda, me habría bebido una de esas de medio litro, pero lo que no se puede, no se puede. Así que para la segunda parte, me he pedido una coca cola, que en realidad es una pepsi, que te llenan el vaso con una botella de litro, lo bueno es que no te no ponen hielo y el 100% del vaso es pepsi.
Cuando ya estaba a punto de terminar el partido, he pagado, 4 € en total. Me ha parecido un poco caro, pero bueno es el precio de ver el partido de fútbol en compañía, aunque ninguno de los reunidos me entendieran si hablo en mi propio idioma, el español. Le he comentado a M. que era ausbildung de cocina del hotel y me ha dado la bienvenida. Parece mentira, pues ya la he visto un par de veces, será que soy pequeño y no abulto lo suficiente para que me vean en la cocina preparando todo lo que me digan. Por lo contrario, la otra camarera V., en cuanto me ha visto, me ha saludado y punto. No son muy sociales esta gente de estos lugares, o eso, o es que les cuesta trabajo relacionarse.
Mientras que he estado allí, han pasado un par de caras conocidas, Do. (uno de los camareros), Sa. (la recepcionista simpática que habla inglés) y, por supuesto, el chef T., que venía a echarle un vistazo al partido, además de traerles una bandeja de aperitivos a una de las mesas que pedían más cerveza del todo el pub.
El ambiente, todo un show, cuando estaban a punto de marcar los alemanes, la gente gritaba (y una de las señoras ha pegado un par de gritos, que casi nos deja a sordos a todos los presentes), aplaudían cuando Francia fallaba los tiros a la portería. Y cuando ha marcado el gol de la victoria, no lo han celebrado a lo grande, sino algo muy "light".
Me he marchado, en cuanto ha terminado el partido, aunque más de uno, me imagino, que se iba a tomar un par de cervezas más. Por mi parte, ya había gastado lo justo, hora de retirarme a mis aposentos en mi habitación y descansar para el día de mañana, que no va a ser muy corto, a trabajar 10 horas seguidas, sin descansos.
Y por supuesto, cenarme mis dos bocadillos guardados del desayuno y una tarrina de arroz con leche.
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