sábado, 26 de julio de 2014

Día 49. Se me olvidan las cosas.

Viernes.

Hoy si que ha sonado el despertador, de hecho, ya estaba despierto unos minutos antes, pero como siempre, y a todos nos pasa, que nos cuesta levantarnos, "5 minutos más y ahora me levanto." ¡Pepe, a levantarse ya!

Hoy es temprano, así que toca ducha por la mañana temprano, no sé, pero estoy un poco tocado de la garganta, no será por el frío que hace por la noche, ninguno, que me asfixio por la noche. Tocará echar en la mochila una chaqueta y un par de aspirinas para la mañana.

Me tomo algo rápido para desayunar y además me preparo unos bocadillos y cojo fiambre para tener un par de días, porque no sé cuando me van a dejar entrar o no a las cocinas para hacer algo de comer para mí.

Todo preparado, cojo mis cosas y me bajo a la parada de autobús, dándole vueltas de la cabeza, abro la mochila y de repente veo que no llevo ni el libro ni el estuche, pero ¿dónde los has metido, Pepe? Miro la hora, no me va a dar tiempo ni por casualidad, vuelvo al hotel, cojo toda las cosas corriendo, por cierto, el estuche estaba en el suelo y el libro encima de la silla.

Pero cuando vuelvo a la parada del autobús, veo como este ya se va alejando por el final de la calle, no me da tiempo a nada. Me toca esperar una hora más al siguiente, así que me vuelvo para la habitación a descansar un poco más y a repasar esto del alemán, que parece tan divertido, ¡Pepe, no seas mentiroso! ¡Qué el alemán no tiene nada de divertido!

¡Por fin, consigo coger el autobús! El tren llega puntual y a las 9:15 horas ya estoy en Meschede, cuando llego a clase, tampoco están muy avanzados, sino que apenas han empezado, no me he perdido nada.

Las clases continúan con buen ritmo, dando toda la gramática que se pueda y sobretodo, enviándonos todos los deberes posibles para casa.

Las mejores cosas ocurren durante el descanso, sobretodo si voy acompañado de R. y A. No te puedes aburrir cuando estás con ellos.

En uno de los descansos, nos hemos recorrido Meschede entera buscando alguna tienda en la que vendieran juegos para ordenador y PlayStation, al final, no hemos encontrado ninguna, pero eso si, les han preguntado a todo el que se encontraban por la calle, si conocían en la ciudad algún tienda de juegos.

En la segunda pausa, hemos conocido a una española afincada en Meschede. Como no podemos estar cayados, ni siquiera cuando estamos caminando por la calle, en cuanto nos ha oído, nos ha preguntado "¿españoles, de qué parte?". Una mujer muy agradable y muy simpática.

Hoy como era el último día que teníamos a esta profesora, se nos ha ocurrido de ir al supermercado a comprar una caja de bombones, la mujer no se lo esperaba y cuando lo ha visto, se ha llevado una grata sorpresa.

Finalizadas las clases, nos hemos despedido de la profesora y hemos tomado rumbo cada uno para nuestros respectivos hoteles, no tenían muchas ganas de fiestas, pues al día siguiente o incluso esta misma tarde, les esperaban jornada de trabajo.

Así que yo, al igual que el resto, me he marchado temprano también. Tampoco quería quedarme solo en Meschede sin saber qué hacer. El autobús ha llegado enseguida y a eso de las 17:30 ya estaba en Sundern.


No hay comentarios:

Publicar un comentario