Miércoles
Día de clases de alemán, pues estos días se hacen más que repetitivos.
El desayuno impoluto,
soy el primero en desayunar en esta mañana
Levantarse a hora irreconocibles por alguien que este ahora de vacaciones de verano, que no es este mi caso. Estoy aprendiendo "cocina" y "alemán" en Alemania, así que hay que hacer un esfuerzo noble y levantarse bien temprano. Horas en las que casi nadie anda por la calle y en más de una vez, soy el primero en desayunar en el hotel y eso que los alemanes se levantan temprano.
Esperar al bus y enseguida llegar a la estación de tren de Arnsberg, esta vez estoy atento y a los pocos minutos llega el tren, esta vez, no se me escapa. Este tren va mucho más vacío que los otros que cojo yo que son más tarde.
Con estas tempraneras, he llegado muy pronto a Meschede, así que no se me ocurre otra cosa que pasear, en lugar de estar sentado, tan tranquilo, quiero ver lo que hay por allí.
Sillas hechas con camisetas y trapos viejos
Esta última me gusta más, tiene dibujo por lo menos
Pues dando vueltas, encuentro un lugar muy tranquilo para leer, está al lado del río, además con el sonido de este de fondo, es una delicia estar allí, para algún que otros día que me pase lo mismo, llegar temprano, volveré por aquí.
Justo enfrente está el servicio sanitario contrato por mi hotel,
así que si me da "una insolación" de tanto leer, ya sé donde
tengo que ir.
Pues estoy a punto de llegar a clase,
cuando me encuentro con esto...
Están tapando los semáforos y ahora
con el tráfico que hay, ¿cómo cruzo yo
la carretera?
¡Pues esquivando los coches!
Al mismo cruzar el umbral de la puerta, me encuentro que el resto de mis compañeros de clase que han llegado antes que yo, ¡qué lastima más grande no llegar el primero! Aunque ya está bien de llegar y no encontrarme a nadie en clase.
Las clases se hacen como siempre interminables.
Primera tarea de la mañana, fonética, repetir como papagayos palabras y frases para ver qué posición de la lengua hay que poner para que suene correctamente la palabra.
Segunda tarea, echarle mano al libro de clase, y empezar a hacer ejercicios sin ningún sentido ni causa.
Empezamos a hacer nuestras queridas pausas y entre una de estas, mis compañeros R. y A. se van a comprar comida para comer algo caliente al salir de clase, me parece a mí que les voy a acompañar. Nuestra pausa se alarga demasiado de la cuenta, aún así hemos comprado una pizza para compartir, R. y yo nos la vamos a comer.
Por la tardanza de la última pausa que hemos hecho, se nos recompensa con más deberes para casa, ¡vaya barbaridad de profesora, no tienen sentido del humor!, no sabe que tenemos que disfrutar un poco de nuestro tiempo libre y más en las pausas que es cuando estamos todos juntos.
Damos por finalizadas las clases de alemán, hasta la próxima semana. Eso se traduce en 5 días de trabajo seguidos: de sábado a miércoles.
Hoy tienen prisa los compañeros y no se quedan un rato por Meschede, así que cogen el autobús en la parada de al lado de Kolping, en donde damos las clases de alemán.
No veas, como R. y yo nos hemos comido una pizza, tamaño grande, en un momento.
Allí los he dejado esperando el autobús, yo por mi parte voy a hacer lo imposible por llegar en menos de 10 minutos a la estación, a ver si me da tiempo a coger el próximo tren y no tener que estar esperando media hora más.
En el camino, me encuentro que están preparando el escenario para un concierto, pero es para las 20:00 horas, ¡Pepe, imposible para ti, los horarios no coinciden! Exactamente, a esas horas no hay combinación posible para Sundern, como mucho sería un taxi y podría salir por una cantidad de dinero irracional.
Actúan "Just Pink"
http://www.justpink.eu/bio-3/?lang=en
Mientras espero en la estación, los pocos minutos que quedan para que llegue el tren, me fijo en la gente que hay a mi alrededor. Me sorprende, un hombre mayor, cerca de los 70 y tantos que está echando una mini-siesta en uno de los bancos, lleva consigo una bolsa llena de botellas de plástico y consigo una especie de tenazas para ir recogiendo cosas del suelo o de las papeleras. ¿Este es el futuro que nos espera en Alemania? ¿Después de estar trabajando un par de años, no tengamos suficiente dinero ni para sobrevivir?
Las cosas que se dejan olvidadas las
personas del lugar.
Como buena persona, lo he dejado en
el mismo sitio.
Llego a la estación de Arnsberg, es hora de esperar nuevamente, el autobús aún le queda un rato, por lo menos una media hora. Con el calor que hace, es para no esperar afuera, sino dentro de la estación, que por suerte, todavía sigue abierta, que con el horario que tienen aquí, más de una vez, me la he encontrado cerrada.
Llego al hotel, más de las 18:00 horas, lo que se traduce en que, no puedes entrar a la cocina a prepararte nada. Pero aún así entro, quiero una botella de agua, aunque que sea con gas, por lo menos está fresca, pero para mi sorpresa, no queda ninguna.
La jornada acaba en mi habitación, escuchando un poco de música y viendo la película "el lobo", la recomendada por mi compañera P.
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