jueves, 24 de julio de 2014

Día 45. Lunes pasado. Fregar sin parar.

Lunes.

Hoy tengo que contar poco de este día tan precioso.
El sábado pasado, mire la tabla de turnos de trabajo, y me encontré con lo siguiente "SP" (spülmaschine), traducido: a lavar los platos. Pero no solo hoy ni mañana, sino también el miércoles.


Foto de mi desayuno del lunes

Tres días seguidos de limpiar todas las marranerías que dejan en los platos, no solo los comensales, sino también los cocineros, porque hay que ver como dejan los cazos llenos de asquerosidades pegadas, que no hay quien las quite.

Pero siempre hay que ver en lado positivo de las cosas. Tengo horario con pausa por el medio, para poder comer tranquilo y, a la vez, poder descansar en mi habitación. Además, no tengo que esperar, a ver lo que quiere que haga.

Pues pensaba que iba a estar todo el rato lavando platos solo, pues no, cuando han querido, me han puesto a hacer pitas de pan.

La señora I., me dijo esta mañana que, no hacía falta secar los platos después de sacarlos del lavavajillas, pues esta tarde me llega la camarera I. "¡qué hay unos cuencos que están un poco húmedos!, con unas exigencias de miedo. Pues yo, muy tonto de mi, pues pidiendo perdón, no sé, no tendría que haber dicho nada y haber seguido con lo mío, como hace aquí todo el mundo.

El chef T. se ha ido a su hora, a las 21:00 horas, mientras que Ti., el segundo de cocina, y yo hemos seguido con lo nuestro, él limpiando y fregando el suelo, mientras que yo seguía fregando platos.

A las 23:00 horas, se ha dado cuenta Ti. que ya tenía que estar media hora antes fuera de la cocina, me ha dicho, "¡anda corre, ya te puedes irte a tu habitación!"


Me parezco al cuento de "La Cenicienta", cuando lo tengo todo ya hecho, me puedo marchar a mi habitación.

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