jueves, 24 de julio de 2014

Día 46. Una de bancos.

Día de ir al banco.

Me he levantado y he mirado el reloj, ¡mierda, las 9:00 horas! Y yo todavía durmiendo, ¡Pepe, eso es lo que te pasa por no poner el despertador!

He bajado a desayunar, y como toca, a estas horas ya van escaseando de un poco de todo, así que "sin cortarme ni un pelo" (sin vergüenza ninguna), he cogido un montón de embutido y queso, y lo he metido en mi taperware, para tener algo en la despensa para mis cenas en solitario.


A almorzar al lado del mostrador de las ensaladas

He tenido tampoco gana de subir a la sala de trabajadores, que me he tomado el desayuno de pie en la cocina. En cuanto he terminado, lo he limpiado todo y he cogido varios bollos para poder hacer bocadillos para la noche.

He subido para la habitación, y la limpiadora estaba arreglando la cama, así que, ni corto ni perezoso, he entrado y he dejado las cosas del desayuno. La he pillado por sorpresa, ni se lo ha esperado que entrara alguien mientras que estuviera limpiando la habitación, creo que no lo he dado tiempo a decir nada.

Y le he hecho caso a lo que me dijo mi madre anoche, que fuera a hacerle una visita a los del banco, Sparkasse. He cogido todos los documentos que tenía de la cuenta del banco.

Porque tengo el siguiente problema, me han abierto la cuenta los del hotel, hace 1 mes y 2 días y estoy sin haber recibido la tarjeta para sacar dinero del cajero. Así que tampoco sé si me han dejado de pagar o no los del hotel.

Llego al banco y me toca mi turno y le cuento en inglés lo que me pasa. Se va para un mueble y saca la tarjeta. Supuestamente, la dirección estaba mal y por eso no había llegado al hotel. Le pido que me enseñe la dirección y es la misma que tengo yo en una tarjeta de visitas del hotel. ¡Así que flipo en colores!

Bueno, todavía no ha llegado lo mejor. Va a activar la tarjeta en el cajero, un par de veces, unas 10 veces, y no la coge, tarjeta incorrecta.

Pues nada, después de explicarme que la única manera de sacar pasta del cajero es con la tarjeta, le pregunto por cómo se pueden hacer transferencias a otras cuentas. Me saca una calculadora, en la que se mete la tarjeta y que cuesta 10 €. Después de todo un mes esperando a la tarjeta, ni hablar de gastarme más dinero en su banco, hasta allí podríamos llegar.

Además de que la banca online no la puedo activar porque no tengo la tarjeta en regla, ¡un follón!

Pues le he dicho, que por lo menos, me sacara 50 €, que como le he explicado, estoy sin dinero desde hace un mes, que estaba esperando la dichosa tarjeta y utilizando la visa y que me estén cobrando un % alto de intereses.

Me ha sacado un resumen de los movimientos de la cuenta bancaria y me he llevado un par de sorpresas: la primera, no aparecía por ningún lado ningún concepto de cuota de dinero pagado por el hotel. Y la segunda, las ayudas me han llegado, así que dispongo ya de un dinero considerable.

En cuanto he vuelto al hotel, me he pasado por el administrador, y le he comentado lo de la tarjeta y el banco. Además, le he enseñado el resumen de la cuenta del banco y le he preguntado que cuál era el concepto de la paga del mes.

Se ha dado cuenta de que le faltaban números al papel para la transferencia, ¡qué no me habían pagado, desde hace un mes! 

Y dicen que los alemanes son serios a la hora de pagar, ¡ja, me río yo en la seriedad que tienen!

Así que ha abierto la caja de caudales y me ha pagado en efectivo. Me ha costado saliva y sudores recibir una paga de menos de 200 €.

Lo he recogido todo, he subido a la habitación y rápidamente he bajado a la cocina, a lavar platos. ¡Qué ilusión Pepe, lavar platos!

Turno de SP, lavar platos y ollas metálicas. Lo he limpiado en cerca de 3 horas. Pues cuando supuestamente, me faltaba algo de 10 minutos para terminar el turno, ha llegado el segundo de cocina con todas las ollas utilizadas, y me he tenido que poner a limpiarlas. Tienen ese pequeño detalle en todos los turnos de lavado de platos, ¿cuándo tendrán el detalle de dar los cacharros poco a poco?

Entre que me he hecho la comida o no, he terminado de salir de la cocina a las 15:50 horas, menos mal que son muy puntuales los alemanes y respetan todos los horarios, por lo menos para los transportes y comercios, porque para el resto de cosas, pues no.


Le tengo que echar más imaginación a los lomos.
(por cierto, se me ha ido la mano con el aceite, lomos aceitosos)

Terminado de comer, a la habitación a descansar por completo. 

Pues no me han puesto al lado un matrimonio con niños, la niña "está dando toda la tarde la lata", corriendo por el pasillo de las habitaciones del hotel.

Cuando he salido para bajar al turno de la tarde, este matrimonio tan simpático, tenían todas las ventanas del pasillo abiertas, además de tener los zapatos en la repisa de las ventanas.

¡Puaj, que asco, que lo hagan en la ventana de la habitación!

Nueva tarde de fregar platos rápidamente, siempre y claro, sin romper ninguno.

Aunque ayer, al mismo empezar a fregar, rompí mi primer plato. Iba a poner las tazas, por cierto que son más fuertes de lo que parecen, dentro del fregadero y se me escapó una de ellas, que fue a parar a un plato que había dentro, se astilló en varios trocitos. Pero yo, con mucho disimulo, al ver que no había nadie en la cocina, lo recogí uno a uno, los trozos, y los dejé al lado de la basura.

¡Pepe, nadie es perfecto!

Justo cuando ya se iba T., el chef, y ya me estaba diciendo adiós, le he preguntado que si podía comer de las patatas con crema holandesa que quedaban en una fuente, por supuesto, me ha dado el si de adelante, coge todas las que te apetezcan. ¡Pepe, apúntate un punto a tu favor!


Cuecen las patatas al vapor, les quitan la piel
y las fríen con mantequilla y crema holandesa
(la tienen ya comparada en cartones)

Después de que Ti. limpiaran toda la cocina y yo que he terminado con mi tarea. He cogido mi plato de patatas, mi merecido premio, y me he largado a la habitación.




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